De siempre me he tenido por persona con calma, tranquila, y mi madre me decía que lo mío era pachorra. Pues bueno, no creo que eso sea algo preocupante. Aunque a estas alturas me preocupan pocas cosas.
Pero es que siempre me caen las cosas a pares, como que tengo que mirar a dos sitios. Y oye, que se coge soltura, ¡qué se le va a hacer!.
Llevo 30 años en mi casa, tal y como está. Pocas cosas he cambiado.
Llevo 2 años diciendo que me voy a Marruecos con una amiga.
Pues bueno, harta ya de esperar, de monotonía y de "estoy harta". Le digo al albañil que me dé presupuesto para poner la casa bocaabajo, y a mi amiga que cuando quiera nos vamos a Marruecos.
Faltan tres meses para que termine el año. Pues a ver, ¿porqué?, si no se conocen, me dicen que tengo que hacerles caso a los dos al mismo tiempo.
Primero "oye niña, que ya tengo los billetes, nos vamos el día 11 y volvemos el 19", BIENNNNN, qué alegría, por fin, qué contenta.
Al ratito "oye mira, que empiezo después del Pilar, el miércoles o el jueves". Uhmmmmmm.
A ver, y ahora qué?. Pues mira, que a grandes males, grandes remedios. Voy a empaquetar todo lo que pueda, me piro el día 11, que vengan con la piqueta cuando quieran, y cuando yo vuelva, pues ya veremos.
Lo que no sé es qué va a ser de los que se quedan en casa, el contrario, el hijo y la gata. Intentaré resarcirles a la vuelta, pero creo que aunque no vaya al baile, me van a quitar lo bailao.
Para qué me voy a poner nerviosa, si yo no sé. Tengo años por delante para poner las cosas en su sitio, pero decir no al viaje, otra vez, no me apetece, y decir no al albañil puede llevar el añadido de esperar mucho tiempo y meterme en obra en el invierno. Y no, que hace frío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario