viernes, 4 de diciembre de 2009

COMPRA POR CATALOGO

Yo no sé desde cuándo existe la compra por catálogo. Lo recuerdo de siempre. Pero hay que ver lo que me joribia. 
En algunas cosas, bueno, como que lo puedo aguantar, y sobre todo si es algún cachivache que aunque en letrita pequeña pone que se puede devolver si no te gusta.
Pero y la ropa? cómo puedo imaginar que me va a quedar tan estupén como a la modeli de la foto. Si es que no puede ser, si no tenemos las mismas hechuras por guapetona que yo me quiera ver ante el espejo. Al final, o queda muy pegado, o muy suelto, o muy largo o muy corto. Y lo de las tallas, bueeeenooooooo, más o menos. El más o menos supone que te quedará más o menos mal -que no bien-. 
Pero eso se soluciona yendo a una tienda y probándose sin más. 

Hoy, tocaba elegir algún mueble. Y claro, hay que ir a la tienda. ¡Pues qué bien!, te enseñan una muestra aproximada de lo que quieres y tiran de catálogo. 

A ver, señora mía, cómo voy a comprar una silla que se ve preciosa en la foto sin sentarme en ella. Que luego mi espalda me pide cuentas. Que si es curva, que si no se ajusta a la zona lumbar. Que si se hunde el asiento. 
Mire que no, que la veo bonita, pero quiero sentarme en ella. Al final, me siento en todas las de la exposición, paso de las cienes que hay en el catálogo y me decido por una que más o menos. 

Ahora una mesa. Es muy fácil, sé la medida. Sólo quiero ver una que me guste. Pues, mire, mire qué catálogo tan variado. (la madre que lo parió). Al final, la medida que yo quiero no puede ser. Tiene que ser 10 cm. más larga. Pues no, no me sirve. Llaman por teléfono y no hay problema, me la pueden hacer como yo quiero, sólo que al ser una medida que no está en catálogo cuesta 300 euros más. ¡Y una m......!. 
A ver, otro modelo. Cambio de ideas, ya lo que quería no sirve y más catálogo. He elegido una que se  ve moníiiiisima. Espero que lo sea, porque no me gusta llorar por tonterías. 

Y el mueble, que si con vitrina, que los cristales transparentes o translúcidos, que si con cajones, que si con puertas. ¡por Dios bendito!, es más difícil que pedir un filete en el Foster (muy hecho, poco hecho, con salsa mayonesa, barbacoa, con patatas, con frijoles) que al final le dices a la camarera, a su gusto, como usted quiera. Pues con el mueble igual: "esta es la medida de la pared, esto es lo que quiero poner en el, y ahora, haga Vd. lo que mejor le parezca". ¡qué ajuncos!

Ya, casi al final, sólo una pequeña aclaración. El sofá tiene que tener esta medida, si mide algún cm. menos da igual pero no puede medir ni uno más, va entre un radiador y una viga y esos no ceden. 
Uisssss, qué difícil, es que esa medida es muy poca cosa para un sofá. Pues bueno, póngame un sillón grande, o un lo que sea, pero es lo que hay. 

Estoy cansada, harta, aburrida, y sólo me queda la esperanza de que más o menos haya acertado y pueda sonreír cuando lo vea todo en su sitio. 

La cuestión de deshacerse de los muebles usados es para otra página, que en su momento contaré, porque ahora mismo no lo puedo ni imaginar siquiera. 

1 comentario:

  1. De los muebles te deshaces sin ninguna pena, que salgan fuera y que dejen paso a los nuevos; Hay que dejar sitio a lo nuevo.
    Te va a quedar bonito y confortable tu estar. Solo que muy justa anda la medida del sofá, como se pase un poco y la columna de tu pared sea de las que no estiran, y no se te ocurra llorar por la tontería, je, je.
    Coincidimos, no me gusta comprar por catálogo, y no lo tenemos fácil porque ya casi todos los comercios venden por este sistema, les ahorra gastos.
    Un abrazo,

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