Ya ha pasado el puente de la Constitución. Se llama así, pero hace muchíiiiiiiisimo, era el día de Las Conchitas. Y mucho antes fue el día de la Madre, que luego se pasó al primer domingo de mayo, y aún no sé porqué. Vamos que me da igual, que es un día que ni fu ni fa, por eso, mayo o diciembre quizá sea por la proximidad de Navidad y así hay ocasión para comprar dos regalitos.
Pero lo del puente me deja anonadaíta. No he hecho puente, me ha tocado trabajar. Gente para aburrir. Muchísima. Con idea de salir de casa los días de fiesta, bajón total sólo de ver las imágenes en la tele. El centro de Madrid atascado y ya he pasado por eso. No poder coger el metro, andar una estación para atrás porque te quedas totalmente bloqueado en las escaleras, vas a donde te lleven, no a donde quieres. No te acercas a un escaparate ni de lejos, no puedes tomar un café, no pienses en un bocadillo, porque en el caso de que eso ocurra, si puedes conseguir que el camarero te escuche, lo más probable es que casi te lo tire por encima.
Me parece un horror, nunca me meto en mogollones así, si lo puedo evitar.
Recuerdo un chascarrillo antiguo que al principio no entendía y ahora me parece totalmente real. Dice:
No es lo mismo "tejidos y novedades en el piso de arriba" que "te jodes no ves nada y encima te pisan".
Pues eso pasa en los días de puente.
Un día lo he pasado en casa de mi hermana, con mis sobrinas, mis cuñados, mis hermanos. Gente sí, pero toda de casa y con sitio propio, que es como me gusta.
Y otro día con amigos, también en casa. Probando una comida Bosnia que ella se molestó en preparar y que me ha sabido a gloria, por lo buena que estaba y por las molestias que se tomó. Esto engancha con la promesa de que otro día en mi casa tocan migas, y las haré encantada como ella en esta ocasión.
Pensar en las migas...., es como el plato de la amistad. Se hacen para poca y mucha gente, no importa. No son en el campo, una sartén grande y con el protocolo de "cucharada y paso atrás", pero serán estupendas, seguro.
El Lunes trabajando, pero desde luego un puente así, sin atascos, con calma, ¡dónde va a parar!. Ya me fui de vacaciones cuando no iba nadie, y me volveré a escapar en cuanto pueda, pero como la semana pasada, a mi pueblo, con la carretera para mí solita, aunque llueva. O a otro sitio, que eso se verá sobre la marcha. Prefiero no hacer planes, según venga el tiempo. Es mejor así.
Y esta tarde ha tocado clase de cocina, pero como es un plato que se hace en dos veces, mejor lo cuento mañana, a ver cómo se acaba. El principio promete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario