jueves, 3 de junio de 2010

PANTANO DE ORELLANA



Hace muchos años, cuando la gente que ahora se queja de la crisis ganaba dinero a espuertas y se iba al Caribe de vacaciones. Yo me iba a mi pueblo, porque como en casa siempre hemos vivido de nuestros sueldos, la crisis vivía con nosotros.

Un lugar estupendo para mí, era este. El pantano de Orellana. Me he quemado los pies en sus playas de cemento. Hemos comido en el restaurante de la escuela de restauración, sin estar seguros de si éramos clientes o conejillos de indias. Hemos ido al merendero, cargando con bolsas, neveras, y por supuesto tortilla de mamá y morcilla patatera.
Una de las anécdotas mejores que recuerdo, fue un mes de julio de calor extremeño. Todos cabreados en casa, y sin saber porqué. Me dio por decir que era la calor, y que yo me iba al pantano. Estaba nublado y amenazaba lluvia. Me tomaron por loca. Metí a los críos en el coche, se animaron los demás y nos fuimos a ver si llovía, y por primera vez nos bañaríamos bajo la lluvia.
Se nos pasó el calor y el mal humor. Ese pantano estaba allí, enterito a nuestra disposición. Aunque siempre lo tratamos con cariño, con respeto y con un poco de miedo por lo inmenso que es.

Hoy oyendo que le han dado la bandera azul como primera playa de agua dulce, tengo sentimientos encontrados.
Lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido "se jodió el quinqué". Sé bien que cuando las cosas salen en la tele, se deterioran. De pronto un montón de gente decide que quiere conocer eso, y se amontonan. Este año, creo que no iré ni en julio ni en agosto. No quiero pasar malos ratos. Allí siempre había sitio para todos, y ahora, me temo lo peor.
Y por otra parte, me alegro por ellos. Ya está bien que se reconozca que aquel sitio es precioso, y que no tiene nada que envidiar a muchas playas. Y además dará gusto a todos esos macarras que dicen que irán a la playa cuando la asfalten. Aquella es de cemento. Puro, calentito, sin una chinita. Venga ánimo, a ver si despejan Gandía y cambiamos una por otra, que yo puedo ir por allí en octubre, que me gusta también.
Pero en cualquier caso, por si se decide alguien, puedo asegurar, comprobado un año, tras otro, que es un sitio genial.




Actuaciones en este escenario. Por la noche, luces en el agua, y sonido al cielo. Y cuidadito que puede acabar en remojón.



Así la he visto y disfrutado, con mi gente. A partir de ahora...

Se escucha el silencio y se saborea la calma. Sienta bien al cuerpo y al espíritu.



La magia de mi contrario y las maravillas del fotoshop me han vuelto transparente, pero la sombra permanece, que es lo importante.

5 comentarios:

  1. Algo de nostalgia veo en esta entrada, ehhh??

    Bueno amiga, yo seguiré yendo a la playa de Cádiz, pero nooooo, a la nudista nooooo. O a lo mejor voy a curiosear, jajaj es broma.

    Un saludito y te digo que ando muy liada con una terapia que estoy haciendo...se llama descargar adrenalina caminando todas las noches una horita.
    Y ya llego tarde a trabajar como siempre!!!

    Besosss

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  2. Nostalgia exactamente no. Al menos no por el lugar. Sí por la manera. Pero si te animas a visitarlo, no te decepcionará.

    Pero jamás la compararía con la de Cádiz. Vale que tu ganas. Aunque mira, esa también sé donde queda. jajajaja. Y a la nudista ¿porqué no?, la que quede más cerca.

    Una horita andando. Genial!, pero con esta calor, hay que pensárselo.

    No creo que la jefa te llame la atención si fichas tarde, pero bueno, habrá que intentar mantener las buenas costumbres.

    Un beso

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  3. Nooo, yo soy la jefa. Tú crees que si el negocio no fuera mío estaría tan liada como estoy???
    Ayyy ya te digo me falta tiempo para todo.
    Y andar, voy por las noches cuando llego de trabajar a eso de las 9,30 y después me quedo charlando y cotilleando con las vecinas en una plazoleta que tenemos abajo...tú sabes, al menos nos reímos y cambio el chip.

    Un beso

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  4. Mira por donde, Parkerazul:
    Uno de esos días en que se huele en el aire la mezcla de pasto seco y en las encinas cantan fuerte las cigarras, mientras a lo lejos se ven relámpagos en una de esas tormentas que a veces sin agua pasan por la Serena, pues uno de esos días de calor, camino de Guadalupe, pasé por tu Tierra...
    Saludos

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  5. Espero que tengas un buen recuerdo. Esos días que describes son impresionantes. El calor es normal, pero la electricidad se puede tocar y es algo raro.
    Y ahora no hay excusa, puedes decir, tranquilamente que te vas a la playa.
    Gracias y saludos para tí.

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