Pienso en la luz. ¿qué me sugiere la luz?.
Cuando nace un bebé siempre oímos la expresión “dar a luz” o “alumbrar”. Más claro?. Es el futuro sin más. ¿Qué le deparará la vida a ese recién nacido?. No tenemos ni idea. Sólo queremos desearle lo mejor. Que tenga una buena vida y que sea muy feliz. Es algo que está por venir, y que nuestros buenos deseos quizá no se cumplan, pero es una promesa de futuro. Todo por hacer, y eso sólo por llegar a la luz de ese nacimiento.
En la noche, si no estamos de fiesta y bien acompañados, ¿acaso no esperamos la luz del nuevo día?. No sabemos qué traerá esa luz pero está por descubrir. También es futuro. Ver amanecer es el mejor espectáculo inventado, y por supuesto, como todo lo estupendo es gratis. Esa luz nos llena de esperanza. De deseos de cara al día que empieza, y normalmente, en esos momentos no pensamos que ese día terminará y volverá la noche. Sólo disfrutamos del espectáculo y empezamos a vivir el día.
Durante varios años viví en una casa sin luz eléctrica y siempre en casa hacíamos planes. Cuando tuviéramos luz tendríamos tele (los niños). Lavadora (mamá). Taladradora (papá). Y cuando ya por fin nos conectaron a la red, todo eso fue posible. Eso sí que era el futuro.
Cuando la vida se nos tuerce y todo va al revés de lo que queremos, decimos que es una noche oscura, y pasan días y noches seguidos y no los distinguimos, sólo queremos que salga el sol de una vez. Pero esa expresión es un deseo claro de un futuro. De un cambio. Queremos que pase esa situación.
Cuando alguien es torpe en algo concreto o en general, decimos que “tiene pocas luces” y a continuación la expresión de que “en esas condiciones tiene un futuro muy negro”. Realmente no es así. Ni los muy tontos ni los muy listos dejan de comer cada día. Cada uno se hace su vida según las condiciones que le acompañan, así que desde hace ya tiempo no cuestiono las luces o los apagones de nadie. Prefiero elegir con quién relacionarme dependiendo de cómo me sienta con ellos, y esperando que me acepten con las luces y apagones que me acompañan, porque como no puedo elegir, ni contratar más potencia con ninguna compañía eléctrica, pues tampoco pretendo más. Pero mi listón lo tiré hace tiempo para no pensar en si estaba alto o bajo. No es cuestión de subir o bajar a la gente de ningún sitio. Somos como somos.
Sin hacer ningún esfuerzo miro al futuro, y siempre pienso en que sea claro, que pueda distinguir las cosas que quiero hacer con claridad. Tener las menos dudas posibles, y sé que me puedo equivocar pero asumir las equivocaciones como algo que va abriendo puertas para elegir lo que mejor me pueda sentar. Y otra vez lo de
Aparte de las religiones que nos prometen un cielo luminoso al morir, asocio la muerte a la oscuridad absoluta. Lo de la vida eterna no lo tengo yo muy claro. Y pienso en el final de todo en una tumba oscura. En una eternidad a oscuras. No me da ni frío ni calor. Sé que es así. Pero por eso mismo, ahora que estoy viva quiero LUZ.
Luz artificial, con lámparas halógenas. Luz natural con un sol cegador cada día. Luz espiritual que me haga sentir tranquila.
Siempre van asociados LUZ-FUTURO. Y yo no quiero un futuro negro, que para eso tengo un pasado como todo el mundo. Aunque el de algunos es más negro que el de otros. Quiero un futuro resplandeciente, luminoso, brillante, que me haga sentir bien y lo de menos es que sea largo o corto, sólo reluciente como los ojos de mi gata.
La luz ilumina todo, nuestros caminos, nuestras vida, nuestros sentimientos, ideas...
ResponderEliminarCuando el día está gris, me deprime...necesito la luz, la claridad para mi vida.
Yo también quiero un futuro con luz, no negro porque para eso ya tengo mi pasado, aunque como bien dices, algunos lo tienen peor que otros.
Me da miedo la oscuridad, quiero luz y más luz.
Sólo espero que tu futuro esté lleno de luz, alegrías y dichas porque te lo mereces.
Un beso
Sí Princesa, así es. Luz y futuro. En abundancia, de sobra, que no se acabe nunca.
ResponderEliminarY gracias por tus deseos. También para tí.
Un beso