

El año pasado, por primera vez, me enteré de que había un día dedicado a coser en la calle esta labor que consiste en unir pedacitos de tela que ya no sirven para formar algo nuevo y distinto.
Mi tía ya se lo enseñaba a mi hermana en las tardes de verano largas y tediosas. Pero la mujer hablaba de cortar las camisas que ya no valían y hacer algo útil.
Ahora se llama patchwork. Lo presentan como una americanada integral. Y media Europa anda enganchada a esto. Hay asociaciones, encuentros, y negociazo vendiendo telas exclusivas, materiales de corte, diseños. En fin, que el reciclado del principio se ha convertido en un sacaperras.
Pero eso, como siempre, es para gente, digamos de ciudad. O sea que en la vida se han visto en otra.
Para las de pueblo, como yo, el reciclado es otro asunto. Utilizar algo que ya no sirve y reconvertirlo en algo útil y bonito, a poder ser.
Pues eso, que el año pasado, mi hermana y yo nos fuimos a El Escorial, a una reunión de esas, creo que ya lo conté en este blog. Lo pasamos bien. Me gustó la experiencia.
Pero este año, ella no podía venir conmigo, y me enteré que en otro pueblo, Griñón, más cerca de mi casa, se iban a reunir también, y que contaban con el centro cultural del Ayuntamiento.
Lié a una amiga que no sabe de qué va esto y nos fuimos las dos.
Lo pasamos estupendamente. Mi hijo dice que somos frikies de las labores, y algo así es. Un grupo grande de mujeres, dándole a la aguja.
En la primera foto, enseño los bloques que tuvimos que hacer, con la idea de juntar muchos, hacer una colcha y sortearla entre todas. No me quedé al sorteo, así que a mí no me tocó, eso ya lo sé.
Pero entre puntada con y sin hilo, hablábamos, contábamos anécdotas, presumíamos un poco de las cosas que tenemos y que sabemos hacer.
Cómo nos gusta presumir de todo. Y como yo traigo bagaje, herencia, escuela y conocimiento -por supuesto, sigo presumiendo-, pues me puedo meter en cualquier grupo de estos de labores sin desmerecer un ápice. Que ya se ocuparon, mi madre y las monjas, en ese orden, de que yo fuera habilidosa.
Lo que no consiguió ninguna de ellas es que yo tuviera imaginación o buen gusto para combinar los colores. Soy un desastre, así que me dejo guiar y hago el trabajo de obra. Puntaditas bien hechas, nuditos invisibles y buena terminación y rapidez en el trabajo. Para una colcha de un día, lo mejor que puedo aportar.
Aparte de que yo presuma, y ya sé que se dice que es de lo que se carece, pero en este caso, no es cierto. Presumo con motivo. Sólo puedo decir que fue una reunión estupenda. La gente estaba encantada, mi amiga y yo, también. Y desde luego pienso repetir al año que viene. A ver si para entonces ya puedo aportar algo mejor que un simple cuadro.
En la segunda foto se ven labores realizadas por otras mujeres. No son mías, por supuesto, y no las he cogido muy de cerca. Se podían hacer fotos, y no creo que a ellas les importe que yo lo enseñe, pero aquí lo dejo. Es de la exposición de Griñón, y las labores las han hecho mujeres que trabajan en aquel taller.
Mi tía ya se lo enseñaba a mi hermana en las tardes de verano largas y tediosas. Pero la mujer hablaba de cortar las camisas que ya no valían y hacer algo útil.
Ahora se llama patchwork. Lo presentan como una americanada integral. Y media Europa anda enganchada a esto. Hay asociaciones, encuentros, y negociazo vendiendo telas exclusivas, materiales de corte, diseños. En fin, que el reciclado del principio se ha convertido en un sacaperras.
Pero eso, como siempre, es para gente, digamos de ciudad. O sea que en la vida se han visto en otra.
Para las de pueblo, como yo, el reciclado es otro asunto. Utilizar algo que ya no sirve y reconvertirlo en algo útil y bonito, a poder ser.
Pues eso, que el año pasado, mi hermana y yo nos fuimos a El Escorial, a una reunión de esas, creo que ya lo conté en este blog. Lo pasamos bien. Me gustó la experiencia.
Pero este año, ella no podía venir conmigo, y me enteré que en otro pueblo, Griñón, más cerca de mi casa, se iban a reunir también, y que contaban con el centro cultural del Ayuntamiento.
Lié a una amiga que no sabe de qué va esto y nos fuimos las dos.
Lo pasamos estupendamente. Mi hijo dice que somos frikies de las labores, y algo así es. Un grupo grande de mujeres, dándole a la aguja.
En la primera foto, enseño los bloques que tuvimos que hacer, con la idea de juntar muchos, hacer una colcha y sortearla entre todas. No me quedé al sorteo, así que a mí no me tocó, eso ya lo sé.
Pero entre puntada con y sin hilo, hablábamos, contábamos anécdotas, presumíamos un poco de las cosas que tenemos y que sabemos hacer.
Cómo nos gusta presumir de todo. Y como yo traigo bagaje, herencia, escuela y conocimiento -por supuesto, sigo presumiendo-, pues me puedo meter en cualquier grupo de estos de labores sin desmerecer un ápice. Que ya se ocuparon, mi madre y las monjas, en ese orden, de que yo fuera habilidosa.
Lo que no consiguió ninguna de ellas es que yo tuviera imaginación o buen gusto para combinar los colores. Soy un desastre, así que me dejo guiar y hago el trabajo de obra. Puntaditas bien hechas, nuditos invisibles y buena terminación y rapidez en el trabajo. Para una colcha de un día, lo mejor que puedo aportar.
Aparte de que yo presuma, y ya sé que se dice que es de lo que se carece, pero en este caso, no es cierto. Presumo con motivo. Sólo puedo decir que fue una reunión estupenda. La gente estaba encantada, mi amiga y yo, también. Y desde luego pienso repetir al año que viene. A ver si para entonces ya puedo aportar algo mejor que un simple cuadro.
En la segunda foto se ven labores realizadas por otras mujeres. No son mías, por supuesto, y no las he cogido muy de cerca. Se podían hacer fotos, y no creo que a ellas les importe que yo lo enseñe, pero aquí lo dejo. Es de la exposición de Griñón, y las labores las han hecho mujeres que trabajan en aquel taller.
Yo soy muy poco habilidosa para las labores. La verdad es que nunca me gustó coser, ni aún un botón. Pero me defiendo que es lo importante.
ResponderEliminarAntes hacia punto de cruz, cuando mis hijos eran pequeños, pero ya también lo dejé.
Eso de la reuniones es divertido porque entre una cosa y otra se pasa el tiempo y cambias de aires.
Me alegro mucho por ti.
Un beso
Se cambia de todo Princesa. De aire, de conversación, de pueblo, de tiempo, y se pasa fenomenal.
ResponderEliminarMe volveré a apuntar a la próxima y espero que no sea dentro de un año.
Besos.