miércoles, 3 de febrero de 2010

GRAMATICA




Ayer en el ratito ese de los martes que me sirve para ver todo lo que me queda por leer, y si quisiera o tuviera inspiración, por escribir, decidió la profe aclarar el laísmo, leísmo, loísmo.

Si tuviera que poner aquí una foto, pondría una mía, llevándome las manos a la cara para tapármela de vergüenza.

Cuántas veces meto la pata con esto?, pues creo que muchas más de las que convienen.

Pero cuando yo leía en las notas que se pone una cosa u otra según sea complemente directo o indirecto, según sea persona, animal o cosa. (Bueno quizá no tan explícito, que mi gata tiene mucho de persona y conozco a muchas personas que parecen cosas. Quizá de aquí vengan los equívocos. Al menos los míos.). Y que eso sería según correspondiera al acusativo o al dativo. Se me ponen los pelillos de punta.

En qué rincón de mi disco duro de serie se quedó el Rosa, rosae, rosam. Dremíadremía, si es que han pasado mil años. Y pensando pensando, alguna vez llegué a hablar latín?. El caso es que tiempo sí que le dediqué. Y comentarios de César y Cicerón tuve que traducir, estudiar, comentar. Pero dónde se ha quedado todo aquello?. Está claro, que en algún momento mi discoduro se reblandeció, o se hizo alguna participación o algo de eso que no entiendo y el latín se fue.

Hace poco hablaba con una amiga que practica la religión musulmana sobre los cambios en las religiones, y cuando yo le dije (y es LE que lo he mirado) a ella que antes la misa era en latín, intenté recordar el Pater Noster. Y la verdad es que no llegué ni a la mitad con las veces que tuve que rezarlo antes del Concilio que permitió utilizar las lenguas de cada uno.

Ahora los muchachos dan poca importancia a estas cosas. Se escriben los sms, no tienen consideración con las reglas gramaticales, no entienden de acentos. Hacen el lenguaje a su medida.

Y en vista de lo visto, me digo así como para mí, “estos van a llevar razón”. Cuántas calamidades para nada. Que no me lo sé, que no me acuerdo, que he sacado un cinco. Y total para que ahora se me haya olvidado todito todito. ¡qué pena!, cuánto tiempo gastado.

Y el caso es que presumo de escribir sin faltas, nunca paso el corrector y creo que mi ortografía es bastante buena, pero con los leísmos, laísmos, loísmos, creo que tengo un problema.

Pero como en el cole Necesito mejorar, y desde luego que me voy a poner a ello.


Anda que yo con la gramática y Alonso de rojo en Ferrari. No sé, no sé, a lo mejor esto también es una tontería. O quizá sea LA tontería. Que aquí sí sé que es artículo y lo he puesto bien.  

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