Quién no ha metido la pata, no digo ya una vez, si no un montón de veces?
Pues yo la primera. Qué facilidad tengo y cuánto lo siento. Porque luego cuando me doy cuenta me cabreo, me regaño, me digo que nunca más, de verdad que me arrepiento, y no sé qué decir.
Hay simplezas que llevan a la risa –esas no son las peores-. Como tratar de hacer un regalo a alguien en plan sorpresa, estar en grupo, y soltar como si nada, bueno al final habéis decidido qué le vamos a regalar a esta. Y la Esta está presente. Eso es un patinazo. Pero aparte de las miradas asesinas que te dirige el grupo, se puede sobrellevar.
Pero una en la que seguro que más de uno ha caído es en la que me contaban hace poco.
Una amiga, tiene que dar un recado a alguien. No se habla para nada con la persona a quien se tiene que dirigir, pero no hay más remedio. Está en el trabajo, se dirige al despacho, llama bajito, como para no molestar, y al abrir, cuando ella espera un simple buenos días, se encuentra con un ¿qué quieres?, seco, cortante. Y ve que en el despacho hay otras personas que no la soportan.
Ella, piensa el típico, tierra trágame. Y se aturulla, no puede hablar, no sabe qué decir, sólo quiere irse. Balbucea algo que ni recuerda y se va.
Sabe que ha metido la pata, pero es que no sabía qué hacer. Al final, se ha llevado un refregón, no ha dado el recado, se ha sentido como una imbécil y lo único que pasa por su cabeza es “si pudiera, simplemente diría joer perdóname la vida, que yo sólo quería dar un recado, y que lo siento, vaya”.
Hablábamos y me decía, mira nunca más, así ocurra como en Titanic, que sólo haya una tabla, pues que se la quede, que yo me hundo antes de llamar a esa puerta otra vez. Qué mal lo he pasado.
Trato de consolarla diciendo que eso forma parte de todos. Que meter la pata es algo normal, pero la pobre anda todavía sofocada. Aunque unas cervezas nos hicieron dejar a un lado sus fantasmas.
Esto es una anécdota en la vida de alguien, pero hay muchísimas más.
El día de Reyes, un regalo, y el niño que coge el tique del Corte Inglés. ¿Mamá porqué el juguete trae el tique este?, y mirando al papá con ojos de …….. se contesta, “nene, es que si no te gusta, los reyes dejan el papelito para poderlo cambiar”. Sí ya, como si no supiéramos que los niños son pequeños pero no tontos.
O como hace ya tiempo, una amiga que lleva mucho tiempo sin ver a otra, le saluda con un “uy, qué ilusión, no sabía que estuvieras embarazada, para cuando te toca”, y la supuesta embarazada, con cara de querer matar contestar “no estoy embarazada, sólo un poco rellenita”.
Hay más ejemplos, cientos. Muchos. Y qué se dice en estos casos?
Pues como mi amiga “JOER, PERDONAME LA VIDA , LO SIENTO”
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