La otra noche, perdí de vista a la gata. Y eso, como a los niños, hay que tenerlo controlado. De repente la encuentro encima de ese mueble, tal cual. Como un adorno más. Cogí la cámara y sin pensármelo empecé a hacerle fotos.
En cuanto oye el clic, se pone en plan artista y posa sin ningún problema. Pero yo no puedo regular nada, ni flash, ni distancia, ningún ajuste, sólo clic, clic, clic, y a lo que salga.
Los ojos brillan en la foto de una manera que no se corresponde con sus ojos amarillos. Son impactantes, pero no tanto.
Luego ya, viendo las fotos despacio, miro el mueble, y recuerdo cómo llegó a casa.
Era de mi suegra. Ella se deshizo de el, por viejo y feo. Llevaba con ella unos veinte años, cuando decidió que estaba anticuado y que no le gustaba. Color muy oscuro y el tiempo se notaba.
No sé porqué, a mí me decía algo. Me daba pena que lo tirase. Aún faltaba mucho para que yo tuviera mi casa, y no dije nada.
Un día, charlando, sin más, comentó que no lo había tirado, que lo había dejado en el trastero y no sabía porqué. Yo ya tenía mi casa, aunque aún no vivía en ella. Trataba de amueblarla o algo parecido, y le dije que yo me lo llevaba. Ella no quería "regalarme" algo viejo, y me lo advirtió, que no me gustaría. No le hice caso, como tantas veces.
El mueble llegó a casa. Lo puse en la entrada y realmente estaba viejo y feo. Pero yo lo miraba con cariño.
Empecé a dar vueltas a la idea de lijarle entero. Mi contrario me hizo caso, y lo lijó, todo, todo, que con esos cuarterones ya tiene su miga. Además, nada de máquinas modernas, con todo el cuidado del mundo. La idea era barnizarlo de nuevo, como estaba. Pero al pasar la lija, sale la madera en estado puro. Clarita. Cambio de planes. Barniz transparente. El resultado fue ese.
Me gustó muchísimo. Quizá por eso yo le tenía cariño, porque veía la belleza interior.
Le cambié de sitio. Y me sigue gustando. Las cosas de casa cambian, pero ese sigue ahí. Debe tener unos cuarenta y pico años. Me da igual. Lo veo hermoso.
Pero cuando ví a la gata encima, no me lo podía creer. No se había subido nunca ahí. Debe ser que sigue descubriendo nuevos mundos, y ahora le ha tocado a ese anciano.
Y el caso es que me hizo gracia. Queda muy gata ella.
El mueble de la abuela, el trabajo del contrario, y el capricho de las chicas de casa.
No me parece que el resultado esté mal.
Pues a mi me gustan los muebles rústicos, aquí cerca hay una tienda que los trae restaurados de Holanda y siempre me quedo embobado. Me imagino en mi casa, mi futura casa, con ese tipo de muebles y me encanta la idea. Así que a mi este mueble me gusta mucho y si encima tiene historia y sentimientos detrás pues tanto mejor.
ResponderEliminarBesos¡
Es un mueble muy hermoso.Este tipo de diseño no pasa de moda.
ResponderEliminarBesos.
Me gusta este mueble antiguo, es una preciosidad y cuantas historias guardará, y a la gata también le encanta y para demostrarlo se ha puesto en el de florero.
ResponderEliminarAbrazos amiga.
Je, je...me suena el mueblecillo, nosotros lo llamamos taquillón, uno estaba en el recibidor de la casa de mi madre y a mi me regalaron otro en plena madera. Barniz y mucha técnica de muñequilla.
ResponderEliminarAhora los dos pasan su vejez decorando la casa del campo, que alli va a parar todo lo imparable, que tirar no se tira nada. Y mejor madera que esa no tiene ningún mueble moderno.
Yo lo cambie por uno de metacrilato y cristal, menos mal que no tengo gato y a mis perros no les ha dado todavía por subirse a él.
Lo cierto es que al tuyo le quedo un color precioso.
Jota, a mí con los muebles me pasa algo curioso. Los hay rústicos, modernos, antiguos, pero he notado que hay algunos que me dicen algo y otros nada. No importa la época ni el material. Hace dos años, reformando mi casa, dí más vueltas que una peonza, porque había cosas que no me decían nada, y las veía bonitas pero allí en el exposición.
ResponderEliminarAl final, conseguí rodearme de cosas que me gustan, y me quedé con algunas que tenía, como ese de la foto, que también me gustan.
El resultado de las mezclas me da igual, siempre que yo me sienta bien.
Un beso
Morgana, si lo hubieras visto antes, seguramente no te hubiese gustado, estaba que daba pena. Pero así, mejoró un montón.
ResponderEliminarUn abrazo enoooorrrrrme, que sé el esfuerzo que haces.
Pakiba, creo que he descubierto el porqué de que la gata se coloque ahí. Es una pillina.
ResponderEliminarLas dos puertas al lado, abiertas, dejan pasar el aire de las ventanas, y cuando hace calor, ella con tanto pelo debe sentirse a gustito con el relente.
Y yo que pensaba que le gustaba el mueble, pues me parece que es más eso, el airecito.
Besos
Neuri, tu los cambiaste de sitio, pero tampoco fuiste capaz de tirarlos ¿qué tendrán esos cacharros?. Por aquí también es el taquillón.
ResponderEliminarUn beso
Hola Parker
ResponderEliminarEstoy con Neuri, aquí se llaman taquillón y la verdad es que además del valor sentimental es bonito.
Y la gata, cómo se subió allí?, jajaja mira que tiene arte y ella posando como si de una modelo se tratara, jajaja.
A ver si la llevas a algún casting y te ganas algún dinerillo, jajaja.
Bueno preciosa me voy a la camita
Un beso
¿Asi que tu tambien juegas Brico-hogar como yo?jaja. La verdad es que a ti te ha quedado mas bonito que a mi mis experimentos "restauriles". Y la gata,pues una top-model!! Un abrazo.
ResponderEliminarComo tu dices lo importante es sentirse a gusto con los mueble, con todas las cosas con las que te rodeas em tu casa, en tu pequeño castillos.
ResponderEliminarQue te apetezca estar en casa, que cuando abras la puerta te encuentres con un lugar que es tu lugar donde tu estes feliz.
Un beso.
Princesa, sí que me gusta. Y de la gata, qué te voy a decir. Se sube de un saltito, como si nada, sin despeinarse. Y se queda tan fresca.
ResponderEliminarNo la llevo a ningún casting, no me van esas cosas. Es la que mejor vive en casa, no le voy a dar mala vida. La quiero mucho.
Venga que descanses.
Un beso
Bichito, yo no juego a eso. Insinúo, que quizá... pudiera ser..., y suele funcionar. Yo soy un desastre. El resultado seguro que hubiera sido un color imposible o un montón de astillas.
ResponderEliminarY la gata, pues presumida, que es lo que le gusta.
Un abrazo
Iglesiasoviedo, yo también lo entiendo así. Me siento bien en casa, procuro rodearme de cosas que me gustan. Los criterios de "buen gusto" y "moda" no van conmigo. Tengo cosas nuevas y antiguas y viejas, pero son mis cosas.
ResponderEliminarUn beso
Que gato más lindo. Un saludo.
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