martes, 24 de mayo de 2011

FEZ


           
Hace poco me decía un amigo que podíamos ir a Fez. Los billetes de avión no están caros, y buscar un hotel no sería difícil.

Después del viaje a Tánger, hace año y medio, no me parecía mal. Me vine contenta y no esperaba menos si volvía por allí.

Después de hablarlo con nuestros contrarios y que si sí que si no, nos decidimos.

El viaje que nos prometíamos tan felices empezó con un contratiempo pequeñito, como de dos horas.

Embarcamos. Nos colocamos cinturones y esperando que pasara cuanto antes el ratinín ese del despegue que tan mal cuerpo me pone.

Pero no, no iba a ser así de sencillo.

Decían algo por megafonía, pero en inglés, así que entendí que teníamos que esperar unos minutos por … no sé.

Por la ventanilla vemos a unos mecánicos con ruedas. Y reflejado en el cristal de la furgoneta que había en la pista quedó bien explicado el motivo de la tardanza. Estaban cambiando una rueda del avión.

No diré que me dio un repelús. Pero algo raro sí que noté.

Un rato largo después que no fueron cinco minutos ni a few minutes que dirían ellos, se pone en marcha el pájaro aquel, y nos alegramos todos. Eso sí rodando, supongo que para probar las ruedas. Lo de probar las alas, aún no tocaba.

Llegamos a la pista, y al otro lado, vemos una fila de aviones. Muy colocaditos, y despega uno. Vale, ya vamos nosotros. Ah no, que ahora va el otro. Bueno ese ya ha despegado, ahora ya nos toca. Uy, pues no, le toca al siguiente. Ya llevábamos un rato más que largo allí metidos y no nos tocaba.

Se me pasaban por la cabeza todas las historias que cuentan los que salen desesperados en la tele.

Cuando ya llegábamos a las dos horas de estar metidos en aquel bote, que ya me empezaba a sentir como un tomate en lata, anuncian algo que tampoco entiendo, pero por los aplausos, entendí que ya nos tocaba. Y así fue, aquel pajarraco, cogió carrerilla, se elevó muy alto, y pude ver Madrid desde el cielo.

Ya sólo nos quedaba hora y media por delante. Menos de lo que llevábamos atados al asiento.
Cuando anunciaron que íbamos a tomar tierra, me parecía mentira. Pero aterrizó sin problemas y al bajar por la escalerilla yo pensaba si estaría muy feo eso de besar el suelo, pero es que me lo pedía el cuerpo, porque más de una vez pensé en la rueda aquella que habían colocado con nosotros dentro.

No lo hice, no, no besé el suelo, pero reprimiendo las ganas con muchas ganas.

El  control de pasaportes bien. Las maletas ni las miraron, y fuera, por fin, aire, un sitio donde SI podía fumar, que ya eran horas.

Nos esperaba un joven que sería nuestro acompañante-guía-chófer los dos días siguientes. Serio, correctísimo. Pero no lo habíamos contratado nosotros. Un amigo de Fez, que vive aquí en Madrid, se ocupó de que ese joven nos recogiera y acompañara.

Un lujo absoluto. Porque el chaval fue encantador en todo momento. Pero cuando a la hora de comer, se dejó la mitad en el plato, y le dije que porqué no comía más, que parecía un niño, y me dijo que el era un niño, pues le solté que yo era una madre y que ya estaba dejando el plato limpio. Ahí nos echamos todos a reír, y a partir de ese momento, el era mi hijo y yo su madre. Se distendió y pasó a ser nuestro amigo. Además con sentido del humor.

Noureddine me cayó muy bien. 

(La foto del aeropuerto la trajimos de chiripa. Cuando mi marido enfocó la cámara se nos echaron encima varios policías diciendo que no, que no, que no. Por un momento creí que le quitarían la cámara, pero nos dejaron seguir aunque nos miraban mucho.) 


5 comentarios:

  1. No te lo vas a creer pero me has hecho pasar un mal rato con tu peripecia aeronaútica. Tengo pánico a los aviones!!!!!!!!!! He subido en varias ocasiones, no he tenido ninguna mala experiencia pero la última vez (debe hacer ya casi 4 años) me dije que iba a ser eso, la última. Y nunca más!!!!!!! Yo iré donde pueda llegar con otro medio de transporte. Sólo te diré que soy el hazmerreír por aquí. Cuando nos vamos de congreso soy la única que viaja en tren pero con lo mal que lo paso el mes antes de coger el avión no me compensa la rapidez del vehículo. Así voy viendo el paisaje, leyendo, cosiendo....... les digo cuando se ríen de mí (la última vez que fui a Madrid en AVE saqué mi bordado hardanger y eso que iba yo toda mona vestida; tendrías que haber visto la cara de los ejecutivos viéndome coser; ja, ja, ja). Soy un caso pero espero poder cumplir eso de nunca más.
    Un besote.

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  2. Me encantan las fotos que has colgado en el anterior post, ¿asi que vas adoptando por el mundo hijos postizos? jajaja. De verdad que envidia me das, de la sana no, de la de verdad, que narices, jajajaja. Me alegro que hayas disfrutado del viaje.
    Un abrazo.

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  3. Felicidades por tu nuevo hijo,je,je,je
    Salgo anónima ya que blogger sigue con problemas.
    Besitos de Morgana

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  4. He leído las dos últimas entradas y he visto las fotos. Me dicen que es una ciudad muy bonita, como otras de Marruecos aunque diré que no las conozco y que no soy nada viajero. Vamos, con el pánico que le tengo a los aviones, me pasa eso de la rueda y llego a Fez a pie febril, jajajajaja.
    Me alegro de que disfrutaras tanto, del guía y de que lo pasaras muy bien.
    Muchos besos.

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  5. Jajajaaj, te he imaginado por un momento besando el suelo del aeropuesto de Fez, jajaja. No lo he podido evitar pero me he reído mucho. Es que te he visto y he observado que los demás te miraban con cara extraña diciendo que esta tía esta loca, jajajaj.
    Yo también le tengo pánico a los aviones, me resultan tan pequeños que en principio me da un poco de angustia, después el despegue como que no lo soporto....una vez que está arriba ya es otra cosa, lo llevo mejor.
    Te salió un nuevo hijo???, jajaj Imagino que no lo adoptarás, verdad?.
    Nada chiquilla que me ha encantado tu relato y me he reido mucho.

    Un beso grande

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