Ya llevamos tiempo con la crisis. Eso a la vista está. Pero como es frecuente lo de sacar partido de todo, noto desde hace tiempo, que con la excusa de la crisis, algunos espabilados se comportan como auténticos miserables.
Y utilizo la palabra "miserable" en el sentido de miseria, más de espíritu que de otra cosa.
No es pobreza. De la pobreza se puede salir, pero de la miseria no. Quien lo es, lo es, y lo demuestra siempre que puede.
El sábado, me apetecía ir a una heladería. Es grande, y lleva abierta muchos años. Recuerdo que con cualquier helado, ponían adornos, sombrillitas de esas hawaianas, canutillos de barquillo, caramelitos, en fin, chorraditas que hacían el helado apetecible, bonito. Algo curioso.
Pues no. Un helado de mojito, por probar, que yo no lo conocía, y en una copa con una miserable cucharita de plástico, sin servilleta de papel ni nada parecido. El precio, con I.V.A. incluido, cuatro euritos de nada.
¡Pero si son dos bolas de helado! ¿de verdad que el dueño va a superar la crisis así?. Pues conmigo se ha retratado, porque el encanto de la heladería es precisamente, que te sirvan el helado, que te lo adornen, que lo hagan deseable. Porque así, con uno del Mercadona, me lo tomo en casa, en zapatillas, a medio vestir, y me va a engordar lo mismo. Total...
El domingo, mi hermana celebraba su cumpleaños. Quería hacerlo por todo lo alto. Como si fuera una boda, aunque con 13 invitados.
Nos vestimos de domingo, así como para ir de boda, llevamos regalos, y con la mejor disposición nos fuimos a celebrar su cumple.
La comida estuvo bien, no me puedo quejar de eso. Pero tuvimos que pedir las toallitas húmedas para limpiarnos las manos del juguito de los langostinos.
Teníamos que pedir el vino, el agua, el pan. No estaban los camareros por preguntar si queríamos algo.
Cuando ví la cuenta, se me arrugó todo. No estaba en proporción en absoluto.
Tanto les cuesta un gesto en condiciones. Algo que no esté en la factura. Yo qué sé. Creo que se han perdido las buenas costumbres por parte de todos.
Supongo que ahorrarán mucho si no ponen en la mesa trece toallitas, o se pasa de vez en cuando alguno, como siempre se ha hecho, preguntando qué tal todo, o si necesitamos algo.
Pero sobre todo eso, joer, que en la cuenta no escatiman.
Por la tarde, para seguir con la fiesta, nos fuimos a una terraza. Un parque reseco, ni gotita de agua, ni de reciclado, con lo cual el calorazo era supino. Cervezas con más espuma que cerveza, coca colas minis, dos platitos -pequeñitos, pequeñitos- con unos panchitos. Y otra vez la cuenta como en tiempos de antes de la crisis pero con I.V.A. actualizado.
Hicimos como que no iba con nosotros la crisis. Estábamos con ganas de celebrar, contentos, tratando de que mi hermana tuviera un buen día. Y pasamos de sus miserias.
Pagamos las cuentas correspondientes, que un día es un día. Pero me parece a mí que nos van a esperar sentados otro día, otro año, o cuando sea.
Buscaremos otros sitios, o nos lo montaremos de otra manera.
Pero qué pena da. Sigo pensando que una atención esmerada no tiene que ver con la crisis. Se tiene o no se tiene.
Y si piensan salir de la crisis con unos panchitos, me parece a mí que pronto cierran la terraza y así se los ahorran.
Con mi sueldo, yo siempre he vivido en crisis. Estoy acostumbrada a estirarlo. Por eso me fastidian esas cosas. Porque eso no es resultado de la crisis, eso es la jeta de unos cuantos caraduras, con una visión de negocios que ya, ya.
Y utilizo la palabra "miserable" en el sentido de miseria, más de espíritu que de otra cosa.
No es pobreza. De la pobreza se puede salir, pero de la miseria no. Quien lo es, lo es, y lo demuestra siempre que puede.
El sábado, me apetecía ir a una heladería. Es grande, y lleva abierta muchos años. Recuerdo que con cualquier helado, ponían adornos, sombrillitas de esas hawaianas, canutillos de barquillo, caramelitos, en fin, chorraditas que hacían el helado apetecible, bonito. Algo curioso.
Pues no. Un helado de mojito, por probar, que yo no lo conocía, y en una copa con una miserable cucharita de plástico, sin servilleta de papel ni nada parecido. El precio, con I.V.A. incluido, cuatro euritos de nada.
¡Pero si son dos bolas de helado! ¿de verdad que el dueño va a superar la crisis así?. Pues conmigo se ha retratado, porque el encanto de la heladería es precisamente, que te sirvan el helado, que te lo adornen, que lo hagan deseable. Porque así, con uno del Mercadona, me lo tomo en casa, en zapatillas, a medio vestir, y me va a engordar lo mismo. Total...
El domingo, mi hermana celebraba su cumpleaños. Quería hacerlo por todo lo alto. Como si fuera una boda, aunque con 13 invitados.
Nos vestimos de domingo, así como para ir de boda, llevamos regalos, y con la mejor disposición nos fuimos a celebrar su cumple.
La comida estuvo bien, no me puedo quejar de eso. Pero tuvimos que pedir las toallitas húmedas para limpiarnos las manos del juguito de los langostinos.
Teníamos que pedir el vino, el agua, el pan. No estaban los camareros por preguntar si queríamos algo.
Cuando ví la cuenta, se me arrugó todo. No estaba en proporción en absoluto.
Tanto les cuesta un gesto en condiciones. Algo que no esté en la factura. Yo qué sé. Creo que se han perdido las buenas costumbres por parte de todos.
Supongo que ahorrarán mucho si no ponen en la mesa trece toallitas, o se pasa de vez en cuando alguno, como siempre se ha hecho, preguntando qué tal todo, o si necesitamos algo.
Pero sobre todo eso, joer, que en la cuenta no escatiman.
Por la tarde, para seguir con la fiesta, nos fuimos a una terraza. Un parque reseco, ni gotita de agua, ni de reciclado, con lo cual el calorazo era supino. Cervezas con más espuma que cerveza, coca colas minis, dos platitos -pequeñitos, pequeñitos- con unos panchitos. Y otra vez la cuenta como en tiempos de antes de la crisis pero con I.V.A. actualizado.
Hicimos como que no iba con nosotros la crisis. Estábamos con ganas de celebrar, contentos, tratando de que mi hermana tuviera un buen día. Y pasamos de sus miserias.
Pagamos las cuentas correspondientes, que un día es un día. Pero me parece a mí que nos van a esperar sentados otro día, otro año, o cuando sea.
Buscaremos otros sitios, o nos lo montaremos de otra manera.
Pero qué pena da. Sigo pensando que una atención esmerada no tiene que ver con la crisis. Se tiene o no se tiene.
Y si piensan salir de la crisis con unos panchitos, me parece a mí que pronto cierran la terraza y así se los ahorran.
Con mi sueldo, yo siempre he vivido en crisis. Estoy acostumbrada a estirarlo. Por eso me fastidian esas cosas. Porque eso no es resultado de la crisis, eso es la jeta de unos cuantos caraduras, con una visión de negocios que ya, ya.
Yo creo que eso no es crisis. Sobre esto acabo de escribir una entrada, refiriéndome a lo tensa que está la gente y a que usamos la crisis como excusa para insultar al vecino aunque nosotros tengamos la culpa y mereciéramos más el insulto que los demás.
ResponderEliminarComo digo, eso no es la crisis. Eso es que la gente no tiene educación, que se están perdiendo las formas, los valores, el gusto por atender al cliente y porque éste se sienta a gusto en mi establecimiento y todas esas cosas. Ahora, te sientas en algún sitio y tienes que dar las gracias porque te atiendan y encima pagar por supuesto, no te vayas a olvidar de eso, jejej, vaya gente!
Abrazos!.
Sí JotaEfe, es exactamente como dices.
ResponderEliminarTe leí anoche y te he contestado hace un rato.
No quiero mirar atrás. No me gusta. Pero echo de menos tantas cosas que tienen que ver con la educación, no con la crisis.
En fin, trataremos de salvar los muebles, los que aún tengamos un poco de moral, o recordemos cómo era antes. Igual podemos formar un club donde no se admitan amargados, mezquinos, miserables, antipáticos.
(Joer, cuánta prohibición, ¿no?)
Un beso
Adelante podemos vivir, sin crisis. Ya que la vida es bonita.
ResponderEliminarBesos.
Pienso que muchas empresas se están aprovechando de "la crisis" y asi hacen su agosto. Además como dice JotaEfe se están perdiendo muchos valores y eso es lo que daba vida a la vida.
ResponderEliminarUn beso guapa
Noemí, deberíamos poder, pero nos la sirven en bandeja en todas partes.
ResponderEliminarAhora que yo contigo. Que les den. Que la vida que me toca vivir, es mía.
Besitos
Princesa, pero nada es para siempre, y ya se les ve el plumero demasiado. Su agosto, llegará un momento en que sea tórrido y les queme.
ResponderEliminarLo de los valores, ya sabes, no fueron a la escuela ese día. Los que sí fuimos tenemos que defendernos. Que no nos toque demasiado.
Un beso grande.
Ni crisis ni na, es por eso de que hay que ahorrar, hasta un simple gracias o por favor, no vivimos en crisis si no en epoca de ahorro, me ahorro el buenos dias, el por favor, los buenos modales y la sonrisa, de esa manera en algun sitio los tendran todos esos modales guardaditos ¿Cuba, caribe...? nos vamos a comprobarlo? alli los coctel te los ponen con sombrillitas y el moreno/a de turno te sonrie no? y ellos llevan en crisis toda la vida. Asi que no la relaccion debe ser directa y no inversa mas crisis mas modales. Saludos (Laura)
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