martes, 6 de julio de 2010

MUSEO DEL CAFÉ






Todos tenemos vicios conocidos. Cada uno sabrá cual es el suyo. Esos que se pueden enseñar, comentar, a veces presumir, y otras, hacer que sea admitido por los que nos rodean y no sorprendan a nadie.

El mío es el café. Por encima de todos y eso que se echa un pulso con el tabaco. Pero como sé que algún día tendré que dejar de fumar, pues pongo el café por delante.

Hoy he ido a un paraíso artificial de mi vicio conocido. El Museo del café en Campo Maior, en Portugal. Es la factoría del café Delta. Una delicia para mí. Puede que los haya mejores, más tostados, o menos, o más caros. Pero me encanta este, y el museo era algo posible.

Las temperaturas han sido horripilantes y el paseo desde aquí son casi 200 km que con otros tantos de vuelta, ha sido día de coche, más que completito. Pero ha merecido la pena.

De Campo Maior nos hemos ido a Elvas. Ya lo conocía y no ha habido manera de pasear. Hemos comido en un sitio precioso, con bóvedas de ladrillo que eran de agradecer y de vuelta para casa

Me he sentido bien, cómoda. Viendo todos aquellos cachivaches, unos antiguos, otros modernos, otros extraños, pero que tienen en común que los viciosos del café podamos alargar una sobremesa, simplemente con una taza delante y una cafetera cerca.

Nos ha guiado una muchacha encantadora. Ha explicado todo lo que entra dentro de su trabajo y ha respondido a un montón de cosas que se me ocurría preguntar sobre la marcha. Al final, nos ha ofrecido un café. Y sin corte ninguno, al decirle yo que era muy amable, me ha dicho que la sonrisa es gratis. (¿De qué me suena eso a mí? Y eso que ella, claro, lo ha dicho en portugués).

Otro sitio a los que tendré que volver, pero será con mejor tiempo. Es decir, Primavera, Otoño y hasta Invierno, pero en verano no, porque yo creo que hoy se hubieran ahorrado el combustible en esa factoría si hubiera extendido los granos al sol.





Esta es la furgoneta Ford en la que el fundador de la firma, D. Luis, repartía el café Delta.












2 comentarios:

  1. Bonito paseo Parkerazul. Y creo que lo has disfrutado a tope, verdad?
    A mí no me gusta el café, pero su aroma si...es extraño, pero así es.

    Te queda aún vacaciones?

    Un besito guapa

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  2. Pues sí que estuvo bien, sí. A la vuelta llegamos enteros, yo pensé que nos íbamos a cocer, pero como no fue así. Pues muy contenta.
    Y lo del café, como digo al principio. Es un vicio conocido. Sin más. Además eso que dices es así, o nos engancha o no gusta nada. No hay término medio con el café.

    El lunes vuelvo a currelar. Ayyyyy, qué penita.

    Un besote.

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