domingo, 10 de julio de 2011

LA MANGA DEL MAR MENOR - SEXTO DIA






Ya queda poquito, lo sé tan bien, que hoy el plan es paseo largo y baño más largo. Hay que aprovechar el lujo de la arena y del agua caliente. Otra vez, como todo lo mejor de esta vida, es gratis. Sólo remojarse, tumbarse en la arena y tomar el sol. 

Pues empezamos con el paseo. Largo, a buen paso. Sol y sombra. Pero hace calor, se nota mucho, y la humedad empieza a incomodar. 

Cuando ya nos cambiamos de ropa para irnos a la playa, ocurre algo un poco raro. Ya pasó el otro día también y nos tenía escamados. 

Hace poco, mi contrario con su cámara, que hace fotos preciosas, intentó fotografiar los aviones de la patrulla Aguila que se ven con frecuencia. No es de extrañar, ya que la base de San Javier está a tiro de piedra. Pero cuando hace la foto, la cámara le da un error de tarjeta. Y es nueva. No tiene sentido. Por la noche trata de pasar las fotos al disco duro y ve que se han borrado todas las fotos de ese día. Bueno, será un misterio de la cámara. 

Hoy ve los aviones otra vez, y dispuesto a llevarse un recuerdo o un disgusto, vuelve a hacer las fotos, bueno, no, vuelve a intentarlo. Y otra vez error de tarjeta, cuando después del incidente del otro día ha hecho fotos con toda normalidad. 

Esto ya no es casual. En esta ocasión el aviso es de que la tarjeta está llena. Tiene 98 gigas completos. Quéeeeeee? La tarjeta sólo tiene 8 gigas. Coge el ordenador y lo mismo. La tarjeta no es que esté completa, es que se sale, pero de fotos nada de nada. Lo curioso es que en los dos casos, se han borrado sesenta fotos cada vez. Y que cuando dice que la memoria está llena, borra las fotos que quedan y sigue diciendo lo mismo, que está llena. Por último la única opción es formatear la tarjeta.

Queremos entender. Pero qué vamos a entender si no sabemos ni papa de medidas de seguridad. Me imagino a los aviones rodeados de un halo que les convierte en invisibles para cualquier artilugio. Y esto me recuerda el silbato para perros, con una frecuencia que el oído humano no oye.

Cosas que no oímos, cosas que no vemos, pero que sabemos que están. Que notamos que existen. Y son cosas que utilizan los hombres. A este paso, acabaré por creer en Dios. No puedo verlo, no puedo oírlo, pero puedo ver el amanecer, el anochecer, bañarme en agua caliente y notar el masaje que reciben mis piernas, respirar aire limpio. Quizá todo esté relacionado. 

Pero lo de los aviones no sé bien para qué sirve, o al menos, no exactamente, pero que una cámara fotográfica se vuelve tarumba, eso sí que lo sé. 

Esta tarde me he levantado de siesta, como siempre, bastante acorchada, en todos los sentidos, con poca capacidad para pensar con lucidez. Y al ver la terraza tan maravillosa, he pensado que cuanto más limpita mejor, así que sin pensármelo mucho, me la he fregoteado entera. Es grande y me ha llevado un rato, pero encantada. Creo que nunca he fregado un suelo con tanto entusiasmo y ganas. Merece la pena verla así, ahora a disfrutarla. Un café, un cigarrillo y a mirar el mar, sin más. 

Después el paseo de cada tarde. Hoy por la Gola. Así llaman a los canales que permiten la entrada del agua del Mediterráneo al Mar menor. El brillo del sol les da un aspecto increíble. Tan brillante, tan precioso. Me molestan bastante algunos desmanes urbanísticos que meten edificios en la playa, pero como a un metro, que yo creo que más de una vez les debe salpicar el agua en la cama. Pero, de eso prefiero no hablar. Me quedo con las cosas hermosas y aquí hay muchas. 

Después vuelta a la terraza, al aire y al sonido que me arrulla y me hace feliz.
Murcia, 7 de julio de 2011 (San Fermín)








(Estas fotos las hice yo, con una mini cámara. Pero con paciencia. Mereció la pena estar allí)

8 comentarios:

  1. Hola!
    Qué tal por Cartagena? Os gustó? Lo pasásteis bien? espero que sí, aunque habréis pasado mucho calor, un calor pegajoso.
    El sitio donde estás es una maravilla, me recuerda a Torrevieja donde, como dices, el agua del mar nos salpicaba cuando hacía Levante o lebeche, jeje. Disfrútalo lo que puedas que esas vistas y estar en una casa tan cerca del mar es una maravilla. besos!

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  2. Preciosas fotos, claro que ha merecido la pena hacerlas, siempre merece la pena hacer buenas fotos.
    Veo que disfrutas del sol, el mar y la arena de la Manga, me alegro. A mi ya me queda muy poquito para irme a mi tierra, a las Rías Bajas en Galicia, allí el agua esta mas fría, pero gracias a eso tenemos buen marisco y pescado.
    Disfruta todo lo que puedas y mas, un beso.

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  3. Será mini, pero hizo fotos preciosas. Por lo que veo tenías la playita muy cerca, no? Así es un lujo.
    Ya sabes que aquí las playas están en la misma ciudad, en el paseo marítimo pero andando son unos 15 minutos y si vas en coche te lo comes para aparcar, eso me da pereza y me lo pienso dos veces. Si la niña me achucha pues voy, de lo contrario me quedo en casa...puafff que aburrimiento.
    Qué raro lo que cuentas de la cámara de fotografiar, verdad?.
    Ya te conté por teléfono que este finde fui a Vejer, me apetecía pero cuando estaba allí quise salir corriendo....ya sabes

    Un beso guapa y gracias por todo...por ser como eres y por poner mis regalos en el blog, jajaja

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  4. Hola!!!! He paseado durante un buen rato por tu blog y me ha gustado mucho. Sabes??? Las vacaciones están para eso, para disfrutar y para que te cuiden un poquito que todas nos lo merecemos. Por cierto, nunca negaré que las cámaras digitales son supermodernas y buenísimas pero mira... las que hiciste tú con una cámara normalita son de "EXPOSICIÓN" de lo bonitas que son. BESITOS Y SALUDITOS DESDE CÁCERES.

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  5. Jota, claro que estuve en Cartagena. El viernes pasado. Y no llevábamos una hora por allí cuando ya teníamos la ropa pegada al cuerpo. El calor y la humedad, horripilantes.
    Pero vi todo lo que pude con muchísimo gusto.
    Y por la tarde, claro, la horchata en la calle Real con mis amigos.
    Me impresionó muchísimo el teatro romano, sobre todo la historia de cómo lo han encontrado y las fotos de las casas que había encima.
    Y el mar estaba al salir del portal. Una gozada absoluta.
    Un beso

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  6. Iglesiasoviedo, lo de las fotos se lo dejo a mi contrario, te aseguro que yo cojo la cámara chiquitita y tiro muchas, luego ya elijo, y es un poco el sonó la flauta por casualidad. Pero sí que me gusta mirarlas después.
    Me encanta la playa, de todas las maneras. Pero para bañarme las de Levante, por el agua calentita.
    Tengo un recuerdo precioso de cuando fui a tu tierra. Me quedé en Portonovo, desde allí, recorrimos todo lo que pudimos, me maravilló la Isla de Oms. Y como siempre, conté mis impresiones de los siete días, pero como soy una cotorra, las tengo guardadas, porque sería largo ponerlo aquí. Si tienes curiosidad te las mando.
    Te cuento que en la casa gallega de donde vivo, se las quedaron, como "Galicia vista por un no gallego".
    Y sniffff.... no me gusta el marisco. Pero tienen una carne que me hace pensar que coméis bichos muertos (marisco) por no molestaros en matarlos, (ternera) jajaja. Comí muy bien, y estoy dispuesta a volver.
    Un abrazo

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  7. Princesa, no me llevaba ni toalla, estaba justito al salir. Una comodidad absoluta, no me gusta nada tener que coger el coche para ir a bañarme.
    Lo de la cámara, sí que fue rarito, pero bueno, si hablan de medidas de seguridad, no me sorprende.
    Ya sé que andas flojita, pero todo se pasa, y al final, piedra dura como granito. No queda otra. Plantar cara a la vida es la única manera de seguir.
    Un beso, cielo.

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  8. Liova, bienvenida. Me alegro de que te haya gustado lo que has visto.
    Lo de las cámaras me hace recordar un refrán que decía una amiga mía "a mal trabajador no hay herramienta buena". Y por eso yo trabajo -o juego- con lo que tengo. El resultado unas veces es mejor y otras peor. En este caso, salieron bonitas de verdad. Ahora que me recosté sobre la barandilla cuando empezó a clarear y estuve tirando fotos cada medio minuto hasta que vi el redondel del sol completo. La serie es mucho más larga, pero ya con estas estaba bien.
    Me encanta Cáceres. Me pateé la zona antigua varias veces en los cuatro días que estuve allí.
    Y por si no lo has notado, yo soy de un poquito más abajo, cerquita de Guadalupe.

    Un abrazo

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