Recuerdo cuando mi abuelo hablaba de que le pagaban siete pesetas a la semana y un pan valía un duro. Con cuatro hijos.
Mi padre, alguna vez se despidió de nosotros para ir a trabajar, porque no sabía si volvería. Era un día de huelga porque habían despedido a un compañero.
A mi suegro le hicieron la cruz por otra huelga, y nunca pudo ascender en su empresa, aunque no le faltaron méritos.
Yo llevaba poco tiempo trabajando, cuando hubo varios días de huelga para conseguir la jornada de cuarenta horas.
No era una protesta que nos costara dinero, de eso nada. Las huelgas eran ilegales, nos jugábamos el ir a la cárcel. Y en la cárcel, no había tele.
Si miramos los periódicos de hace años, o los libros de historia de los últimos sesenta años, podremos encontrar muchísimas referencias a lo que digo. Pero yo me limito a los que me han tocado de cerca.
Cuándo se pasó a trabajar quince horas porque sí. Cuándo se olvidó que un domingo es sagrado en todos los sentidos y no se debe trabajar. Cuándo se tuvieron tragaderas suficientes para ver cómo se despedía a alguien y nos fuimos a tomar café a la hora de almorzar.
Con catorce años, los jóvenes que no estudiaban entraban de aprendices donde fuera, y a partir de ahí había que aprender un oficio. Y los que estudiaban, tenían trabajo, aún antes de terminar la carrera universitaria.
Hasta los años sesenta, lo normal era vivir de alquiler, porque así cuando el Padre, cambiaba de trabajo, se cambiaban de casa, para poder llevarle la comida caliente. Poquísima gente, de la gente normal, de la que trabajaba cada día, tenía casa propia.
La industrialización invadió todo. Se suponía que para mejorar la vida de todos. La informática arrasó. Lo que antes hacían 15 personas, ahora lo hacía una sola, eso sí trabajando quince horas.
No soy nostálgica. No creo que el pasado fue mejor, simplemente fue pasado.
Pero ahora, viendo a los jóvenes sin futuro, y no hablo de esperanzas, no, simplemente, sin futuro. No pueden vivir ni de alquiler. Dependen de los padres. Y a veces los padres dependen de las pensiones de los abuelos. Pienso que en qué momento nos dormimos.
No es que haya que arreglar, es que no teníamos que haberlo consentido.
Ahora son manifestaciones pacíficas, pero hay muchas personas desesperadas. Hombres y mujeres que se han pasado la vida trabajando y ahora se ven sin nada. Y jóvenes que no han hecho más que estudiar, y lo mismo se ven sin nada.
La culpa, claro, de los políticos y los banqueros. Pero es que esos siempre han tirado para el mismo lado.
¿Y nosotros? qué hemos hecho para consentirlo?
Creo que el mea culpa deberíamos entonarlo muchos. Porque somos muchos más, y nos dormimos en el sofá del Ikea, sin pensar que podríamos tener uno mejor para nosotros y para los que nos rodean.
Ojalá no sea demasiado tarde. Aunque el pacto del euro nos lo va a poner aún más difícil.
El capitalismo con sus teorías liberales solo persigue una cosa y es incrementar los beneficios del capital, cada vez los ricos son mas ricos y los pobres cada vez son mas y mas pobres.
ResponderEliminarAsí de sencillo y trágico. Cada ejercicio los beneficios tienen que ser superiores a los del año anterior, y así los medios de producción y la riqueza se va concentrando en menos manos.
Mientras no encontremos un sistema de repartir la riqueza mas justo esto seguirá cada vez peor.
Preparemosnos para lo que viene, con el pacto del euro se acaba el estado de bienestar.
Un beso.
Hola amiga ,has hecho tan buena reflexión de nuestra vida, que no sé que más añadir, solamente decir como tú, que espero que no sea demasiado tarde para poder arreglarlo.
ResponderEliminarUn besote.
Te he leído y me has hecho pensar, pero también he leído a Iglesiasoviedo y estoy totalmente de acuerdo con él...cada vez los ricos son más ricos y los pobras más pobres e incluso la clase media está por desaparecer.
ResponderEliminarYo que soy empresaria, veo a diario como empeora la situación, hogares caídos por culpa del paro, familias enteras sin recursos económicos...no quiero culpar a nadie, como bien tú dices, pero nos comieron el coco hace algún tiempo y todos nos empeñamos hasta los ojos.
Mejor no pensar en eso o sí, si´gritásemos todos juntos, crees que nos escucharían?
Un beso enorme...sabes que la cosa está peor no? Bueno pues ya te lo digo yo, ainssss
Creo que has dado en la clave, ¿como hemos llegado a esto sin quejarnos? Supongo que estabamos adormecidos por el consumismo extremo, solo preocupados por comprarnos un piso, irnos de viaje en verano o tener la ultima consola de juegos. Yo tambien coincido con los comentarios anteriores tengo la impresión de que lo peor esta por llegar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gustaría que pasaras por mi blog, tengo un premio que quisiera que te lo llevaras, es una pequeña muestra de afecto y reconocimiento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Iglesiasoviedo, el capitalismo ya sabemos cómo funciona. Pero es que esta crisis no viene dada por la manera de "ganar" dinero, si no por lo que han robado y especulado unos cuantos, que se han hecho de oro robando a manos llenas y con unos gobernantes que les daban palmaditas con una mano mientras ponían la otra.
ResponderEliminarY con las migajas de la rapiña nos hemos puesto tan contentos. Me cabrea nuestra propia conformidad viendo claramente el atajo de sinvergüenzas que nos llevaban a la ruina.
Un abrazo
Pakiba, he sido comedida, te aseguro que si aún conservara la vesícula me la tendrían que volver a quitar, porque las bilis se me suben.
ResponderEliminarNo sé por dónde saldrá el sol, de momento me conformo con verlo salir.
Un beso
Princesa, no nos van a escuchar. Más que nada, porque no les importamos.
ResponderEliminarTu crees que quien no sabe ni cuánto gana piensa en alguien como nosotros?. Yo no lo creo, porque si fuera así, no estaríamos como estamos.
Un besito, guapa
Bichoraro, es muy fácil acomodarse cuando te dan las cosas hechas. Lo difícil es hacerlas. Así que ahora habrá que arrimar el hombro, lo malo es que no sabemos muy bien a qué hombro nos tendremos que arrimar.
ResponderEliminarBesos