jueves, 16 de junio de 2011

I T V

Cada año, por esta época me tocan revisiones médicas por diferentes motivos. Rutinarios, obligatorios, y siempre incómodos. 
Dispuesta a que se acabe pronto, voy pidiendo citas. Eso me lleva media tarde. Entre teléfono, calendario, este día sí, este no, por la mañana no, por la tarde que sea temprano. Mira que es difícil cuadrar todo esto. Pero lo conseguí, por fin ya tenía plan para el mes de junio. Ahora a cruzar los dedos, a rogar a San Antonio, y a echar números, porque incluye dentista y eso sí que te deja mal cuerpo y mala cartera. 
El ginecólogo me hace los volantes oportunos, y empieza el viacrucis de verano.

El análisis de sangre me incomoda sobremanera, pero no por el en sí mismo, que con mirar para otro lado, esquivo a la jeringuilla, si no porque tengo que salir de casa en ayunas y para mí meterme en la ducha sin el café es de las cosas desagradables que me pueden ocurrir. 

Sé que podría pasar de la ducha, pero mi madre me enseñó que saliendo de casa recién lavada y con la ropa interior limpia ya iba vestida. No estoy muy de acuerdo con eso, pero como lo decía mi madre, yo que soy muy obediente, pues eso, a hacerme el análisis de mala uva, que a veces ni me encuentran las venas, porque creo que no me corre la sangre. Pero ya lo pasé. Mañana tendré los resultados. 

Luego la ecografía. Anda que... mira que les gusta a los matasanos vernos los entresijos aunque sea en una pantalla. La conversación con el radiólogo fue entretenida. Aparte de que había piezas que no encontraba -normal, como que no están-, lo que encontró dijo que era de buena calidad. Después del rato tan desagradable, no estuvo mal. Subidón de moral. 

En la sala de la mamografía, ya me conocen por una anécdota que les conté hace años, y aunque las paso canutas, porque a ninguna nos gusta que nos estrujen de aquella manera, con las risas se hace un poco más llevadero. 

Y todo vino por mi tía. Era una mujer exuberante. Y siempre nos hacía reír con sus bromas, pero el día que fue a hacerse una, y tuvieron que probar varias placas porque no encontraban la que venía bien, a mi hermana se le ocurrió decir que la próxima vez se fuera de casa con la bandeja del horno, y solucionado. Desde entonces es una broma de casa y las chicas de la clínica nada más verme empiezan a reírse. Por más que les digo que no soy mi tía, que yo me apaño con mucho menos, ellas deben visualizar la situación, y supongo que cada día pensarán más de una vez en eso, dependiendo de las mujeres que tienen que pasar por allí. 

A la semana que viene ya tendré todos los resultados y volveré a ver a mi médico. Nos conocemos desde hace tiempo, que ya lo de menos son los resultados, siempre que se vean bien, claro, nos contamos nuestras vidas, y la consulta siempre es más larga de lo normal, quizá por eso, su hija, que es la recepcionista me da un rato largo, para no hacer esperar a otros. Ella también entra en la sala y es un coloquio interesante. 

No tengo la misma suerte con el dentista. También son cariñosas las muchachas. Pero después de mirarme todo, no hay forma de salir indemne. Siempre encuentran algo que retocar, que restaurar, que lo que sea, pero vamos que la relación de amor-odio aumenta cada día. Y de momento estoy dando buena cuenta del clamoxil porque me esperan el lunes y no saben bien si cometerán una endodoncia o una extracción. Que evidentemente, para mí no es lo mismo, pero que en cualquier caso, me lo harán pasar mal. 
El calorazo de junio ya me descompone, y con estas actividades tan "entretenidas" pues no es mi humor lo mejor de todo. Y eso, a sabiendas de que todo va bien. 

A veces pienso en no volver. Pero por otra parte, saber que hay cosas que se pueden solucionar con facilidad simplemente con una revisión, me hacen cambiar de idea. Pero qué mal. 
Puestos a rutinas anuales, o trimestrales me encantaría tener como fijas unas vacaciones estupendas. Yo lo intento, y cada vez con más frecuencia lo consigo, pero de la otra, de la médica no me libro cada año. Y encima como son de confianza, si tardo, me regañan. 

 

4 comentarios:

  1. Jajajaj Parker, me has hecho reir y te veía en la consulta del médico. Ahora que lo nombras tengo que ir a revisión ginecológica, ya sabes que, después del susto, me dijeron que sobre Julio o Agosto fuera, así que tengo que pedir cita, perooooooo se me fundió el seguro privado y tengo que volver a la cruda realidad, la S.S que no me gusta nada después de visto lo visto, pero no hay más remedio.
    Y del dentista no quiero ni hablar porque también tengo que ir pero le estoy dando coba desde hace tiempo.
    Chiquilla que te sea leve y entre tanto que lo disfrutes.

    Un beso enorme....

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  2. Ja, ja... me has hecho reír ya de buena mañana. Has hecho un retrato exacto de mi vida. Qué bueno. Efectivamente a mi me pasa lo que a ti con las agujas aunque yo, al cabreo de tener que ir en ayunas y es que yo sin algo en el cuerpo no soy persona, también le añado un poquito de disgusto al pinchazo porque ¡¡¡tampoco tengo venas!!! ¡¡¡Y como van a salir ese día si no les hemos dado de comer!!! Je, je, je.
    Y qué decir del dentista... Corramos un tupido velo que aún me noto el "muñón" que me dejaron hace poquito al sacarme parte de mi juicio...
    Un besazo y que tengas un feliz fin de semana.

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  3. Vaya rollo la ITV, jajajajaj. Yo tambien odio ir en ayunas a los analisis, pero me consuelo pensando que luego hago un extra, me voy a la cafeteria que hay en frente del ambulatorio y me meto entre pecho y espalda un cafe con leche,un croisan enorme y un zumo de naranja, ala! a recuperar lo que me han quitado pero con creces, jajaja. Yo ayer tambien estube de medicos y hospitales y me dieron las sorpresa de que tengo que pincharme yo solita en mi pancha, y pense bueno por lo menos le encuentro una utilidad a mi grasa localizada, jaja.
    Un abrazo

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  4. Cuanta razón tienes yo tengo en este mes que ir a la ITV del dentista y a la del coche.
    Todos andamos con las mismas vainas, esperemos que no haya problemas en ninguna de estas visitas, eso es lo importante.
    Un beso.

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