domingo, 26 de junio de 2011

¿CAMBIO DE PERFUME O DE GATA?



Me gustan la colonia y la crema corporal que utilizo. Suaves, un perfume muy agradable, pero como todo pasa y hay que sacar cosas más actuales,  no encuentro la crema por ningún sitio, ni en perfumerías, ni en Internet, ni el Cortinglés, nada, la colonia sí, la crema no. Y como huelen igual, no quiero mezclar. 
Después de una mañana de pruebas, de ponerme un poquito en la muñeca y salir a la calle a que se airee, volver, probar otra y así no sé cuántas, me decido por una. No es la que yo tengo, pero creo que puede ir conmigo. 
En casa, ya por la tarde, la ducha y a probar la cremita nueva. Perfecta. Va bien. Huele bien. 
Pero cuando se me acerca la gata, como todas las tardes, y yo voy a achucharla como ya sabemos las dos, de repente me mira con la cara de esfinge que le caracteriza cuando algo no le gusta y se va, directamente me ignora. Pues vale, eso que se lleva, no voy a discutir. 


Al rato, vuelve a salir de su escondrijo, se me acerca y no consiente que la toque. Yo no tengo ni idea de qué puede pasar. 
Por la noche, harta ya de sus desaires, la cojo por las bravas, y ella que no. No me arañó de milagro. Hace ya muchísimo tiempo que no me araña. Se nota que se hace mayorcita. Pero se revolvía, me maullaba. Tuve que soltarla. 


Al día siguiente algo parecido. Pero sí que noto que mientras ando por la cocina, o trajinando en casa, se me sube encima, como siempre. El desapego viene después de la ducha. 


Ayer se sube a la mesa donde andan mis potingues y veo que pega un salto y se baja al suelo. Ya lo entendí. Es el nuevo perfume. No le gusta. No lo soporta. 


Ella llegó a casa recién nacida, y la otra colonia ha sido algo conocido desde siempre. Ahora debe andar extrañada. Es algo que no reconoce, y desde luego no lo asocia conmigo. 


Supongo que será cuestión de tiempo. Pero cuando la veo tirada en el pasillo, y que elige la soledad a mis mimos, me da bastante rabia. Peroooooo


Si no es ese perfume, será otro, tengo que cambiar, no me queda más remedio. Y con la gata qué hago. ¿la cambio también?
Aquí quién es la especialita ¿ella o yo?. A veces pienso que somos tal pá cual. 



6 comentarios:

  1. Nooooooo, ni se te ocurra cambiar a la gata, ni que yo me entere y menos ahora que ando sensible.
    Se acostumbrara, ya verás...es cuestión de paciencia.
    Me maravillo de la inteligencia que tienen esos animales...mi perro en ocasiones sólo le falta hablar, creo que me entiende perfectamente y conoce mis estados de ánimo...es el único que se da cuenta y a quien menos le hago caso, pobrecillo.
    Bueno pues aquí estoy, igual pero estoy y casi caminar me cuesta.
    Un beso muy grande

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  2. Cambia de perfume,pobre gatita.
    Millones de besos.

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  3. De cambiarla nada de nada, pobrecita con lo guapísima que es . Pasalé un periódico impreganado del perfume por el morrito y seguro que le gustara que la mastresa lo lleve.

    Un beso para la gatita, bueno!!! para ti tambien.

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  4. Si la pregunta es si cambias de perfume o de gata, yo lo tengo muy claro cambia de perfume.
    Siempre me he fiado, y lo sigo haciendo, del instinto natural de los animales, en eso van muy por delante de nosotros.
    Un beso.

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  5. Está bien, ya os he oído. Pero os dáis cuenta de que otra vez ella se sale con la suya?
    Si es que son más listos que nosotros.

    Ahora apelaré a la paciencia de la dependienta y le contaré vuestros comentarios. Aunque ya me veo llevándome a la gata a la tienda y que elija ella.

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  6. Acabo de leer tu entrada, jaja, pero que fina te ha salido tu gata, creo que es buena idea que la lleves a la perfumeria, si no te veo comprando perfume sin parar hasta que des con el adecuado.
    Un abrazo.

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