martes, 19 de enero de 2010

NUNCA ES SUFICIENTE PARA ESTAR CONTENTO

Ya tengo los muebles nuevos, ya se han recolocado los antiguos, ya están las cosas en su nuevo sitio Me encanta, me ha quedado bien. 
Sigo con ratos de bajón, esos no me los quita nadie. 
Y miro a  mi alrededor. Cuando me veo así pachucha y arrugá se me viene a la cabeza la idea de que podemos ser egoístas sobremanera sin intención. De natural simplemente. 
 
El año que acaba de terminar me ha dado cosas gratificantes. He podido repartir las vacaciones y salir a sitios que me apetecía mucho conocer. Pasarlo bien pero con letras grandes. He cambiado mi casa y la he puesto como hacía mucho tiempo que me apetecía. He podido comer todos los días y más de lo que debiera en muchas ocasiones. No me ha faltado dinero para otras cosas. Y la salud nos ha acompañado. 

Ahora presto atención a las noticias de Haití. Muertos, heridos, hambrientos, gente sin nada, penuria absoluta. 

Aquí a mi alrededor, gente sin trabajo, que no pueden pagar sus casas, o los colegios de sus hijos, que tienen que cambiar su forma de vivir. 
Amigas agobiadas por dolencias regulares y serias. 

Supongo que mi vida, vista desde fuera, puede parecer envidiable. 

Y sin embargo cambiaría tantas cosas, si pudiera, renunciaría a tantas cosas. Pero no puede ser, y me cabreo una y otra vez con la vida, conmigo, con el mundo. 

El nunca llueve a gusto de todos, en estos días tan nublados, es totalmente acertado. Lo peor es que eso pasa también en días soleados y aunque no llueva. 

Sé que estamos "obligados" a buscar la felicidad, pero qué difícil resulta.

Cómo me gustaría conocer a alguien que se sienta absolutamente feliz porque todo le va estupendamente. Mira que busco a mi alrededor, pero que nada. No hay forma. Nadie está contento.

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